domingo, 27 de febrero de 2011

JESÚS-MESÍ Y JAPAGXANATXÁM, HIJOS DE QOM


Fragmento del Tomo 2 de Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño / Flavio Dalostto

Y la mayor parte de Qom y las tribus asociadas, no cumplían con la Ley del Nogüét, el reglamento que encamina a una Vida Buena; sino que se iban tras dioses extranjeros que son nada, y entregaban sus corazones a los payaqpí, los empleados de Satanáj, el Gran Mentiroso.  Y el Pioxonáq se alió con el Dannannxáiq y con el Qonnannxáiq y con el Oralóiq. Y juntos, engañaron al Pueblo, poniéndose al servicio de la Gran Oscuridad. E hicieron errar a Qom y a las tribus asociadas, gravemente, llenándolos de confusión y de dolor.

Pero hubo Hijos de Qom y de las tribus, que permanecieron fieles al Nogüét. Y quedaron leales al Pacto que Qad’ta’á hizo con Patagón, con Qom y con Mosé, de que si eran de los fieles, heredarían una Tierra Nueva, que jamás escuchó palabra insultante ni vio acción dañadora; donde la Maldad, el Rencor, la Tristeza y la Enfermedad no serían admitidas en el Lugar. Y aquellos qompí y pioxonaqpí y resto de chaqueños, formaron el Partido de los Devotos-de-Qad’ta’á, y permanecían con su corazón unido al corazón de Dios. Y fueron perseguidos por los jeroditas y por los falsos pioxonaqpí, que los buscaban para matarlos. Y muchos debieron huir al bosque profundo, y vivían entre los animales; pero los nogüetpí los alimentaban y mantenían.

Y los Devotos-de-Qad’ta’á seguían la Ley del Nogüét, la Ley-Que-Es; porque solo ésta encamina el corazón humano por caminos de justicia y libertad. Y esperaban la llegada de un Mesí, un rey fuerte que derrumbe el Sistema de Cosas, y restaure al País Chaqueño. Y ese Mesí sería llamado Crus-Lta’á (el Padre de la Cruz), y sería un Marcado por Dios, con tatuaje de rey en su corazón; porque Qad’ta’á hace lo que quiere.

Y los profetas del Tiempo Antiguo, habían profetizado que el Mesí nacería en la ciudad de Belem-Nosaxá, en la orilla Sur del río Bermejo. Y también habían profetizado que antes que viniese el Mesí, vendría el Amigo-del-Mesí, aquel que carpiría el Alma de Qom y el Alma Chaqueña, para que el Pueblo se disponga amablemente a amigarse con El-Fabricador-de-Todo. Y ambos, el Mesí y el Amigo-del-Mesí, serían fabricados, en sus adentros, por dos mujeres vírgenes, sin participación de varón, en una situación de maravilla.

Y nació el Amigo-del-Mesí, que se llamó Japagxanatxám, y su madre se llamó Eli-Yabé. Y nació el Mesí, que se llamó Jesús, y su madre se llamó Marilichiá (también llamada Chiisí-Late’é, la Madre del Planeta Venus). Y ambas, los tuvieron, siendo vírgenes, pues Dios hace lo que quiere.
Y Jesús y Japagxanatxám, cuando hombres, fueron de los fieles, y pioxonáq de Qad’ta’á. E hicieron milagros sobre la Tierra Chaqueña, y trajeron la palabra del Nogüét, para convencer a Qom, a Chaco y a la humanidad, de la conveniencia de regresar a la Amistad con Dios.

Y Jesús, ciertamente, curó a los enfermos, hizo caminar al paralítico, limpió a los leprosos, dio ojos al ciego, dio oídos al sordo, dio palabra al mudo, consoló a los tristes, expulsó demonios y dio vida a los muertos. Y trajo la Palabra Buena de Qad’ta’á para los qompí y para todas las tribus de la Tierra. Y a todos los hizo hijos de Patagón. Y de esta manera, se cumplió la promesa del Nogüét a Patagón, de que en él serían favorecidas todas las familias humanas.

Pero la iglesia de Sadú y la iglesia de Far, y el Pioxonáq por sueldo, y el Dannannxáiq y el Qonnannxáiq y el Oralóiq, vieron perjudicados sus negocios que negociaban con el dolor y la necesidad insatisfecha de la gente chaqueña. Y se alteró también, el rey Jerodí y el rey de Chabín su patrón; porque temían que Jesús les arrebatase el taburete real. Y todos los nombrados, ciertamente, eran enemigos de Jesús y de Japagxanatxám, porque éstos los molestaban. Y los malvados buscaron la muerte de los Santos de Dios.

Y a Japagxanatxám, Jerodí le hizo cortar la cabeza. Y a Jesús mandó clavarlo a un árbol y ponerle un sombrero de espinas, hasta que murió.

Pero, forcejearon con Napal’-Lta’á, las almas de Japagxanatxám y de Jesús, y se resistieron a bajar al País de los Muertos. Y durante tres días pelearon las almas de los santos de Dios, contra del Rey de los Muertos, y éste no aguantó, y las soltó.

Y el corazón de Japagxanatxám y el corazón de Jesús, volvieron a latir. Y el cuerpo de Japagxanatxám buscó su cabeza y se la colocó sobre los hombros. Y la Madre-de-las-Arañas, mandó 222 arañitas para coser la cabeza en el cuerpo de Japagxanatxám. Y toda la gente los vio vivos y caminando sobre la Tierra. Y se admiraban, diciendo: Dios camina entre nosotros.
Y después de esto, bajó un carro de fuego sobre la Tierra. Y Jesús y Japagxanatxám, subieron sobre él, y viajaron a la Ciudad de Cielo, donde moran hasta hoy. Pero el resto de los milagros y peripecias de Jesús y de japagxanatxám, en el País Chaqueño, ¿no están escritos en el "Libro de Japagxanatxám el Bautizador", y en el "Libro de Jesús Leq", y en el "Libro de Jesús Noxotoléq"?

Y después que Jesús y Japagxanatxám, subieron a la ciudad del Cielo, sus alumnos empezaron a recorrer los distritos chaqueños predicando a todos, las palabras de ellos; porque eran de los fieles. Y muchos se hicieron seguidores de Jesús y de Japagxanatxám, los Santos de Dios, en todos los distritos de Chaqo y de Am-Eríq.

Y los alumnos de Jesús y de Japagxanatxám, molestaban el negocio de los reyes y de los que se mantenían por el engaño que hacían a Qom, al Chaqo y al resto de los americanos; porque los dos profetas hacían que la Gente ponga su Fe en el Nogüét, que a nadie cobra pero da, inmerecidamente, a todos; porque Qad’ta’á es, ciertamente, “el-generoso”.

Y los alumnos de Jesús y de Japagxanatxám, decían que el Nogüét es Amor; y que Amor es más que espada y riqueza económica. Y decían que el Señor de la Muerte, había sido vencido por los Santos de Dios. Y también decían que Qad’ta’á ama a toda alma viviente; porque en todas está Él, y sin Él, son nada.

Y el rey de Chabín los persiguió en todos sus distritos. Y los mandó poner presos y lastimarlos y matarlos; pero los alumnos de Jesús y de Japagxanatxám, se hacían muchos, porque la Palabra del Nogüét había entrado en los corazones del enfermo, del triste, del malo y del confundido. Y morían cantando, porque la Fuerza de Nogüét los llenaba, y ya eran como dioses.

Y los alumnos del Nogüét, se multiplicaron por toda la Tierra, y no hacían distingo por mujer, varón, raza, idioma o distrito, entre sus afiliados. Y todos se tenían por hermanos iguales, y buscaban su bienestar mutuamente. Y nada faltaba, porque nada sobraba.

domingo, 20 de febrero de 2011

NETAXÁT-LEQ, EL HOMBRE DE AGUA

de Flavio Dalostto / Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño - Tomo 2
 
Netaxát-leq, El Hombre de Agua

Yo, Netaxát-Leq, el Hombre de Agua, estando durmiendo bajo la sombra del Gran Seibo (y estaban en cogollos, las flores), me fue dada palabra de los dioses, a través del pájaro birín, el mensajero.

Y el pájaro birín me habló, y me dijo: -"Hombre de Agua: Abre tus oídos, pues es Nogüét, quién te habla".

Y me fue dada la palabra de los dioses, a través del pájaro birín, pero del Señor Nogüét, no vi su rostro. Y me dijo el birín, de parte del Señor Nogüét: -"Hombre de Agua, escucha la palabra de Tu Dueño. Me dirijo a tí, porque has sido fiel al recuerdo de Mí, Tu Señor. Muchos han olvidado Mi Palabra, pero tú has sido mi fiel sacerdote en el país chaqueño. Las multitudes de los Hijos de Qom y el resto de las gentes chaqueñas, me han olvidado, y han rendido culto a los dioses extranjeros de las iglesias fijas, que son nada, a saber: la dominación, el maltrato y el desperdicio. Pero yo, he sabido esperar el turno de la recuperación de mi recuerdo, el momento de la debilidad de mis enemigos, el tiempo de la angustia de los que lastimaron al país chaqueño con herida mortal. Y ahora, que te he encontrado, que he tejido con paciencia los días de tus antepasados, las circunstancias tu nacimiento, y los hilos de tu madurez; Ahora, que he encontrado a mi Sumo Sacerdote, me manifiesto a ti en mi inmenso poder, para recuperar a los hijos perdidos de la familia chaqueña, aquellos que ya no saben pronunciar mi nombre, porque nadie se los enseñó. A ti, te revelaré los secretos de la Religión de los Dueños, para que el Pueblo Sediento beba en Aguas Vivientes; y para que la Vida Plena se abra camino en el Chaco, como Río Poderoso y vivificador".

“Toma un palo escritor y un papel a escribir, y escribe, Hombre de Agua, las palabras verdaderas de Tu Señor; a fin que el Pueblo que habita en la Oscuridad, tenga Luz y deje de tropezar en su camino, confusamente.

“Toma mis palabras, y sé fiel al escribirlas. Escribe limpiamente con la sangre de tu corazón, pues es la Palabra de Aÿemaÿóm, la que estás escribiendo.”

Y me dijo: -"Escribe fiel y verdadero, porque de estas palabras nace la salvación de Qom y del Chaco y del Mundo. Y no hagas caso de lo que piense el resto de los humanos, pues el Payáq-Burla, ciertamente, los alentará para tratar de torcer tu camino. Y serán como incapaces de pensamiento, la nación de los estúpidos; más tú resistirás y levantarás alta mi bandera, para que la vean todas las tribus de la Tierra.”
 “En el tiempo de los antiguos, todos los humanos nos conocían, y practicaban la Religión de los Dueños, es decir, de los Nogüetpí. Y de esta manera, les éramos favorecedores. Pero, cuando vinieron los tiempos de las iglesias fijas de las manos de Uropo y de Qat, que trajeron los demonios payaqpí y su rey llamado Satanáj; los hijos de Patagón y los hijos de Qom y el resto de los chaqueños, olvidaron a Nogüetpí-Lta'á, y comenzaron a servir a los dioses de los extranjeros, que son nada. Adoraron a los dioses, que son inexistentes, de las iglesias fijas (y son las iglesias que secuestraron a Jesús-Mesí, y lo clavaron a un palo y le pusieron un mortal sombrero de espinas). Y de esta manera, ya se olvidó la gente de Nosotros. Y de este modo, perdieron la guerra contra los extranjeros. Y así, se perdió el país chaqueño, completamente. Y así, los hijos de Qom se convirtieron en extranjeros en su propia Tierra, padeciendo toda clase de calamidades."

“Ahora tú, Emisario de Nosotros, siente el amor de los cuidadores del Mundo fluir en todo órgano vivo de tu cuerpo, porque agilizará tu mente y alivianará tu alma. Y anida nuestra palabra en tu corazón, igual que abrigas a un pajarito; y ciertamente, transmítela a Todos, para que nadie se pierda la oportunidad de ser nuestros amigos, y de esta manera, se salven algunos, entre la gente.”

domingo, 13 de febrero de 2011

MORADAS DEL CHARRÚA, DEL BOJÁN, DEL MINUÁN Y DEL QALCHÍN

de Flavio Dalostto
Tomo 2, Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño (Fragmento)


Morada de la Nación Charrúa.

Y esta fue la morada de los Hijos de Yarrú, en los países uruguayos, a  saber: Toda la Tierra que queda desde el río Uruguái como yendo hacia su Este, y desde el río Delaplata como yendo hacia su Norte, y en la sierra Chataloté, y hasta el Mar Oriental como yendo hacia su Este y en la orilla del río Jum (y a éste le dicen “Negro”).

Pero después, cuando apretaron los españoles por su Sur, el Charrúa se corrió como yendo hacia su Norte, cruzando el río Jum, y se estiró hacia su Oeste, cruzando el río Uruguái, hasta el Continente Entrerriano.

Y cuando el Charrúa abandonó la banda Este del río Uruguái, se corrió como yendo hacia su Oeste, hasta la orilla del río Paraná, y allí moró en los distritos entrerrianos.
Y esta la fue la morada de Charrúa, en los países uruguayos.

Y Charrúa fue hermano de Qom, y los dos fueron de los Hijos de Patagón, el Amigo de Dios.

Morada de la Nación Boján.

Y esta fue la morada de los Hijos de Boján, en el país uruguayo, a saber: La Tierra que queda en entremedio del río Uruguái y del río Arapéi y del río Jum (y a éste le dicen “Negro”).
Pero antes, su frontera había sido el río Quaréim, como yendo hacia su Norte.
Y había Boján, morando también en la banda Oeste del río Uruguái, en el Continente de Entrerríos.
Y esta fue la morada del Boján, en los países uruguayos.

Y Boján fue hijo de Charrúa que fue hermano de Qom. Y era de los nietos de Patagón, el amigo de Dios.

Morada de la Nación Minuán y Minuán norteño (y éste se dice Guenoa)

Y esta fue la morada de los Hijos de Minuán, en los países uruguayos, a saber: La Tierra que queda entremedio del río Uruguái y del río Arapéi, estirándose hasta el río Jum (y a este le dicen “Negro”). Y desde allí, como yendo hacia su Este y desde ahí toda la Tierra como yendo hacia su Norte.
Y Minuán dedicó montañas a Dios. Y éstas fueron, a saber: Ibití en la orilla del río Arapéi y Yauguá en la orilla del río Jum (y a éste le dicen negro).

Y los minuán moraron antes en los Campos-Entrerrianos, desde donde el río Paraná se junta con el río Uruguái, y desde allí como yendo hacia su Norte, estirándose hasta donde después se fundó la ciudad de Bajada (que hoy se llama “Paraná”), en toda la banda contra el río.
Y moró Minuán, al Este del río Uruguái, en la cuchilla Palomeque y en la cuchilla Grande y en la cuchilla Trescruses y en la cuchilla Onseserros y en la cuchilla Qaraguatá y en la cuchilla Escondida.
Y en el verano moraba en la orilla del río Mal-Dado, y cazaba los perros del mar.
Y en el invierno moraba en la orilla del río Jum.

Y después que llegaron los españoles, les dijeron los charrúa a los minuán: -Viene gente peligrosa desde el Sur. Mejor seamos Uno, Minuán y Charrúa.
Y Minuán cruzó el río Uruguái, como yendo hacia su Este, con intención de guerra contra el Español.
Y fueron a la guerra, conjuntamente, Charrúa y Minuán, contra de Montebideo y contra de todos los españoles.

Y cuando vino la paz entre Minuán y Español, los curas jesuitas le fundaron una ciudad, y se llamó Jesús-Marí-Minuán; más duró poco, y la gente se volvió a las islas.
Más hubo minuán que no quisieron abandonar la manera de los españoles, y les dijeron a los curas jesuitas: -Nosotros no queremos volver a los distritos de las islas, pues ya somos a la manera de Español.

Entonces, los curas jesuitas les dijeron: -Id a morar a la ciudad de Sanborja, como yendo hacia vuestro Norte, donde mora la Gente Guaraní. Y de esta manera, hicieron esos minuán, y eran poquitos.

Y cuando el Charrúa abandonó la banda oriental del río Uruguái, y se corrió como yendo hacia su Oeste, hasta la orilla del río Paraná; los Hijos de Minuán se estiraron hasta su Sur, y se adueñaron de la Tierra.

Y Minuán fue hijo de Charrúa que fue hermano de Qom. Y era de los nietos de Patagón, el amigo de Dios.
Y le dijeron los minuán a los charrúa: -Somos, vosotros y nosotros, ciertamente, parientes. Seamos Uno, como fue en Majáiq.
Y esta fue la morada del Minuán, en los países uruguayos.

Morada de la Nación Qalchín.

Y Qalchín fue Hijo de Charrúa que fue Hijo de Qom que fue Hijo de Patagón, el Amigo de Dios. Y la mujer de Qalchín fue la Hija de Querandí.

Y moró el qalchín en la orilla del río Paraná, y hasta la montaña de los gom-aiem-gom (la gente de la cueva), como yendo hacia su Oeste.

Y los Hijos de Qalchín moraron desde el río de Qomechinqóm hasta la laguna de Set-Obal (y a ésta la llamaron “Uadalupe”), sobre el río Paraná.

Y los qalchín moran en la banda Oeste del río Paraná, al Sur de los moqoretá, y hasta la Tierra de los quiloasá, los dueños de la Laguna (como yendo hacia su Sur). Y hacia su Oeste llegaron hasta el distrito de Ansenusa, y establecieron sus campamentos.

Y Qalchín fue hijo de Charrúa, y la mujer de Qalchín fue Hija de Querandí, y eran primos, (porque no se mezclaba el Pueblo de Dios, en ese tiempo, con los que no eran de su hueso); y de las semillas de ellos, nacieron todos los calchines sobre la Tierra.

Y el resto de los acontecimientos de los qalchín (y son gente qom), hasta el día de hoy, ¿No están escritos en el "Libro de los reyes de Paraná"?

jueves, 10 de febrero de 2011

Profeta Qom Elisheó-Yajnaxanaxáiq y el milagro de la mujer Samuqo


de Flavio Dalostto, Tomo 1 de Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño

Elisheó-Yajnaxanaxáiq oiquiaraxáiq y la mujer samuqo.

Un día andaba Elisheó-Yajnaxanaxáiq, varón de Dios, por la Montaña de Saguáiq, y moraba allí una mujer importante que siempre lo invitaba a comer; y cuando él pasaba por ese distrito, se detenía en su casa, y comía.
Y ella dijo a su marido, que era mataguayo: -Qad’ta’á nos bendice, al permitir que nos visite este pilagá, varón de Dios. Yo te pido que le construyamos una pequeña casita, donde tenga cuero de dormir y taburete. Y él quede cuanto quiera, y nos bendiga con su presencia.
Y así hicieron el marido y la mujer. Y cuando venía Elisheó-Yajnaxanaxáiq con su ayudante Ashilaléq, quedaban a descansar y a comer, en la casita que les habían construido.
Elisheó-Yajnaxanaxáiq llamó a su ayudante Ashilaléq, y le dijo: -Esta mujer samuqo nos ayuda siempre, y nos cuida con esmero. Quisiera hacer algo por ella. Llámala.
Y la llamó Ashilaléq, y ella vino delante de Elisheó-Yajnaxanaxáiq, y éste le dijo: -Mujer, siempre nos atiendes con mucho cuidado, ¿Qué podemos hacer por ti? ¿Quieres que hable con el rey, o con el general del ejército?
Y ella le dijo: -Aunque Dios no me ha dado hijos, y mi marido es viejo, soy feliz con lo que el Nogüét me da, y agradezco poder ayudar al mensajero del Más-Alto.
Y Elisheó-Yajnaxanaxáiq le dijo: -El año que viene abrazarás a tu hijo.
Pero ella le dijo: -¿Por qué te burlas de tu hija?
Pero cuando pasó un año, la mujer quedó embarazada, y parió un hijo; y la mujer y su marido se llenaron de felicidad.
Más resultó que pasando el tiempo, y estando el padre cazando, acompañado por su hijo, éste comenzó a gritar “Mi cabeza”, “mi cabeza”, y estaba lleno de dolor.
Entonces, su padre les dijo a sus compañeros mataguayos: -Llevadlo con su madre.
Y llevaron al niño con su madre, y esta lo tuvo sentado sobre sus rodillas, y a las pocas horas murió.
Y la mujer tomó al niño, y lo tendió sobre el cuero de dormir que ocupaba Elisheó-Yajnaxanaxáiq, cuando paraba por su casa.
Y buscó un burro, y se fue rápido al otro lado de la Montaña Saguáiq, donde moraba Elisheó-Yajnaxanaxáiq, y cuando éste la vio llegar, le dijo a Ashilaléq: -Allí viene nuestra amiga, la samuqo.
Y cuando ella llegó ante Elisheó-Yajnaxanaxáiq, éste le dijo: -Mujer, ¿Qué pasa?
Y ella se tiró al suelo, y se agarró de los pies de Elisheó-Yajnaxanaxáiq, y llorando, le dijo: -¡Varón de Dios! ¡Te dije que no te burles de mí! ¿Yo te pedí un hijo? ¿Para que me lo diste?, ¡si Napal-Lta’á se lo ha llevado!
Y gritaba, y Ashilaléq quiso apartarla, pero Elisheó-Yajnaxanaxáiq le dijo: -¡Déjala, que tiene amargura en el corazón!
Y Elisheó-Yajnaxanaxáiq le dijo a Ashilaléq: -Vete con ella, toma mi bastón, y ponlo sobre la cara del niño. Cuando vayas por el camino hasta el niño, no saludes a nadie; y si te saludan, no contestes. ¡Rápido, apúrate!
Y Ashilaléq y la mujer se fueron en burros, rápidamente, hasta la casa de la mujer samuqo, al otro lado de la Montaña Saguáiq.
Y cuando llegaron, entró Ashilaléq, y puso el bastón de su patrón sobre la cara del niño, que estaba acostado en el cuero de dormir, y estaba todo frío en su cara y en su cuerpo; más el niño no se movió ni respiró.
Entonces, Ashilaléq se volvió rápido, en su burro, hasta Elisheó-Yajnaxanaxáiq, y cuando llegó, le dijo: -He hecho lo que me has dicho, pero el niño ni se mueve ni respira.
Y dijo Elisheó-Yajnaxanaxáiq: -Esta dura la cosa, voy rápido.
Y subiendo a su burro, y seguido por Ashilaléq, galoparon hasta la casa de la mujer.
Y cuando llegaron, entró Elisheó-Yajnaxanaxáiq donde estaba el niño, y dejando afuera a Ashilaléq y a la madre, cerró la puerta, y se quedó solo con el niño muerto.
Y oró a Qad’ta’á, y le dijo: -Dame la vida de este niño, para que sepa la gente, que hay Dios en Chaco.
Y miró una pequeña mantis que caminaba por la pared, y Elisheó-Yajnaxanaxáiq supo que era Qad’ta’á.
Y le habló la mantis, desde la pared: -¡El rey de los Muertos ya tiene el alma del niño, en su mano!, y es difícil quitársela ¡Él es un perro hambriento que tiene un hueso entre sus dientes!
Pero Elisheó-Yajnaxanaxáiq le insistió: -¿Y no eres tú Dios, el Más-Grande, el Más-Alto, Puro-Amor y Puro-Bien? ¿Y me dices, que un perro grande no te devolverá a ti, el hueso que tú fabricaste en los talleres del Cielo?
Y se molestó Dios con Elisheó-Yajnaxanaxáiq, y lo miraba desde sus ojos, y le dijo: -Bueno, hagamos el esfuerzo.
Y el niño estaba acostado en el catre, boca arriba. Y Elisheó-Yajnaxanaxáiq se subió al catre, y se puso encima del niño, y su boca sobre su boca, y sus ojos sobre los ojos, y sus brazos sobre los brazos; y así un largo rato, pero el niño ni se movió ni respiró.
Y se levantó Elisheó-Yajnaxanaxáiq, y anduvo por toda la habitación, y oraba a la Fuerza Nogüét, y decía: -¡A mí, la Vida! ¡Napal-Lta’á, suelta lo que te llevaste!
Y después de un rato, se subió otra vez arriba del niño, y su boca a su boca y sus ojos a sus ojos  y sus brazos a sus brazos; y volvió el calor al cuerpo del niño, y éste estornudó siete veces, y vivió.
Y se escuchó un ruido fuerte, y se partió el suelo, y se asomó la cabeza roja de Napal-Lta’á, y el olor a podrido lo llenó todo. Y cuando vio a Qad’ta’á en forma de mantis, le gritó: -¡Ya me imaginaba que eras tú, otra vez, quitándome lo mío! ¿Para que haces leyes, Dios, si después no las cumples?
Pero le dijo Dios, moviendo sus antenas: -¡A callar, y vete abajo, pues yo hago las leyes, y también las deshago!
Y se volvió abajo, el rey de los Muertos, murmurando fastidiado contra Elisheó-Yajnaxanaxáiq, pero antes le dijo: -¡También te tendré a ti!

martes, 8 de febrero de 2011

DABÍ-LODEGAXÁT, FUTURO REY DE CHACO DERROTA AL GIGANTE DEL ANDE

de Flavio Dalostto - Tomo 1 de Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño


Dabí-Lodegaxát derrota al gigante Goliá-Loxodailéq.

Y en ese tiempo, Pachaqutí, Rey Sapa, dominaba toda la Tierra desde el Mar Occidental hasta la Gran Selva, y desde el País de Cuyo hasta los de Quito. Y era muy grande su poder sobre toda la Tierra, pero al País Chaqueño no lo dominó Pachaqutí.

Y los ejércitos de Pachaqutí hostigaban todo el tiempo la frontera de los hijos de Qom, de los hijos de Oaqambabelté, de los hijos de Malbalá. Y los qompí de Majáiq y de Campo-Redondo sufrían los ataques de los soldados, y la gente qompí no descansaba de la guerra.

Y en ese tiempo, Pachaqutí Sapa juntó sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en la cordillera de Senta, en Tierra de Majáiq. Y establecieron su campamento al Norte del río Sora.

Y los ejércitos qompí se congregaron a la orilla Sur del río Sora. Y el río estaba en medio de los soldados y Qom. Y estaba bajo el nivel del río, y casi seco.

Salió entonces un varón del campamento de los soldados y se llamaba Goliá-Loxodailéq. Y la altura de Goliá-Loxodailéq era de dos hombres altos parados uno encima de los hombros del otro.

Y traía un casco y una ropa de metal de hierro, y ninguna flecha o lanza o hacha podía atravesarlo. Y su escudo era de hierro forjado en la sangre de sus enemigos. Y su lanza medía cuatro saltos largos de hombre y solo él podía sostenerla.

Y se paró enfrente del campamento de los qompí y les gritó: ¿Para qué gastar la gente en la batalla? Yo soy siervo de Pachaqutí Sapa, y vosotros siervos de Yuibaqlepaquín Qaiquín, rey de Chaco. Enviadme un varón para que pelee conmigo. Si él puede pelear y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo le ganase, el Chaco será provincia del rey Sapa, y le serviréis.

Y oyendo Yuibaqlepaquín Qaiquín rey de Chaco, las palabras del soldado extranjero, tuvo gran miedo y todos los qompí.

Y el ejército de los qompí estaba integrado por varones de todas las tribus de los Hijos de Qom, a saber: de los mocobí, de los toba, de los abipón, de los pilagá, de los mbayá, de los guaicurú, de los naperú, de los yaperú, de los güeme, de los guatata, de los payaguá, de los agás, de los mepén, de los coñamecuá, de los quiloasá, de los timbú y de los del Mar de Qorundá. Y había también gente oaqambabelté, gente guaná y gente malbalá, porque también eran chaqueños.

Y Dabí-Lodegaxát era hijo de Ajueqléq de la Tribu Mocobí de los Hijos de Qom en el país de Pescado-Flaco.
Y los tres hijos mayores de Ajueqléq siguieron al Qaiquín Yuibaqlepaquín, en la guerra contra los del Sapa. Y los tres estaban en el campamento del río Sora.

Y Dabí-Lodegaxát era el menor, muchachito de quince años, por lo que se dedicaba a cazar cuises con una varilla para conseguir alimentos con que colaborar con su padre y con su madre.

Y Goliá-Loxodailéq se presentaba todos los días frente al campamento de los qompí para desafiarlos. Y durante cuarenta y cuatro días los desafió. Y no había varón en Qom que aceptase el desafío.

Y dijo Ajueqléq a Dabí-Lodegaxát su hijo: -Toma estas bolsas para tus hermanos, llenas de tasajo de ñandú y de corzuela. También hay pan de algarroba y bollo de mistol para que no sufran hambre. Monta tu burro y la carga en el otro, y llévaselos al campamento de los qompí, para sostenerlos en la guerra contra el Sapa.

Y llevó Dabí-Lodegaxát, atravesando el bosque profundo, los alimentos para sus hermanos, en la orilla del río Sora, en la Tierra Majáiq.

Y cuando llegó estaban peleando los qompí contra los soldados, y los hijos de Qom morían a montones.
Y Dabí-Lodegaxát llegó hasta donde estaban sus hermanos, y les dio los alimentos, y les preguntó si estaban bien.

Y mientras hablaba con sus hermanos, salió aquel varón siervo de los Sapas que desafiaba todos los días a los Hijos de Qom, y que se llamaba Goliá-Loxodailéq, y medía dos hombres de altura, uno parado en los hombros del otro. Y todo Qom le temía.

Y oyó Dabí-Lodegaxát, el desafío del soldado del Sapa. Y se indignó Dabí-Lodegaxát Qom.
Y preguntó Dabí-Lodegaxát a la gente: -¿Qué premio le darán al que le gane a ese gigante, que insulta a los Hijos de Qad'ta'á?
Y le respondió la gente: -el Qaiquín Yuibaqlepaquín le dará el gobierno de siete ciudades y lo casará con su hija, para que sea príncipe de Qom y un día reine sobre Chaco.

Y le escucharon, sus tres hermanos mayores, a Dabí-Lodegaxát, y le reprocharon: -¿Qué te has creído? o ¿Qué locura estás soñando? ¡Solo para ver la batalla viniste! ¡Eres malo de corazón y chismoso!
Y la gente le comentó a Yuibaqlepaquín Qaiquín del Chaco, lo que preguntaba Dabí-Lodegaxát, hijo de Ajueqléq. Y mandó llamarlo delante de él.

Y llegó Dabí-Lodegaxát delante del Qaiquín Yuibaqlepaquín, y éste le preguntó: -¿Por qué andas preguntando tanto, muchachito?
Y Dabí-Lodegaxát le contestó: -Yo iré y pelearé contra el gigante del Sapa.
Pero el Qaiquín Yuibaqlepaquín le dijo: -No podrás tú pelear contra Goliá-Loxodailéq, porque eres un muchachito de quince años; y él es un soldado experimentado, desde su juventud.
Y Dabí-Lodegaxát le replicó: -Tenía yo diez años y estaba cazando pájaros en el bosque, y un tigre me atacó; pero yo tomé una rama gruesa y lo golpeé en la cabeza, y el tigre murió. Y este insultador del nombre de Qad'ta'á no será diferente, y lo mataré, como maté al tigre.
Entonces, el Qaiquín Yuibaqlepaquín le dijo: -Ve y que la mano de Qad'ta'á sea tu mano.
Y el Qaiquín Yuibaqlepaquín vistió a Dabí-Lodegaxát con una armadura de huesos y cuero, y le puso un casco de caparazón de tortuga, y le dio un hacha.

Pero cuando quiso caminar Dabí-Lodegaxát, con su vestimenta de soldado, se sintió pesado y como atado dentro de la vestimenta. Y le dijo al Qaiquín Yuibaqlepaquín: -No puedo usar estas cosas, porque he andado desnudo desde mi juventud, a excepción de una falda de caraguatá ajustada por una faja en la cintura.
Y se quitó aquellos vestidos de soldado, y se fue hasta la orilla del río Sora. Y en el río Sora recogió dos piedras y las guardó en su bolsa. Y con su honda en la mano caminó hacia donde estaba Goliá-Loxodailéq.
Y venía caminando Goliá-Loxodailéq hacia donde estaba Dabí-Lodegaxát. Y cuando lo vio el gigante, despreció a Dabí-Lodegaxát en su corazón, porque era un muchachito de quince años.

Y cuando estaban a cuatro saltos de hombre, Goliá-Loxodailéq maldijo a Dabí-Lodegaxát.
Y le dijo Goliá-Loxodailéq: -Ven a mí, que comeré tu carne delante de tus compañeros.
Entonces, dijo Dabí-Lodegaxát al soldado del Sapa: -Tú vienes a mí, con lanza, hacha, armadura y escudo; más yo voy a ti en el nombre de Qad'ta'á de los nogüetpí, el Dios de los Hijos de Qom, al que tú has insultado.
Qad'ta'á te entregará ahora en mi mano, yo te venceré, y cortaré tu cabeza; y los cuerpos de los soldados del Sapa, serán para alimento de las aves del cielo y los animales del campo. Y sabrá toda la Tierra que hay un Dios en Chaco.
Y sabrá toda esta gente, que Qad'ta'á no salva con hacha o con lanza o con escudo o con armadura o con la muchedumbre de soldados, porque de Qad'ta'á es la Victoria. Y Qad'ta'á es Salyaxanéq, el gobernador de la guerra.

Y como Goliá-Loxodailéq venía contra Dabí-Lodegaxát, éste corrió hacia él.
Y metiendo Dabí-Lodegaxát su mano en la bolsa, sacó una de las piedras que había recogido en el río Sora. Y se la arrojó con la honda, a Goliá-Loxodailéq, Y la piedra se le incrustó en la frente al gigante, y cayó muerto sobre su cara.

Así venció Dabí-Lodegaxát al gigante Goliá-Loxodailéq con honda y piedra.
Y se subió Dabí-Lodegaxát sobre el cuerpo del gigante muerto, y tomando el hacha de él, le cortó la cabeza. Y como los soldados del Sapa vieron a su campeón muerto, huyeron, y se volvieron a sus provincias, en la montaña del Ande. Y los corrieron, los Hijos de Qom, a los soldados del rey Sapa, y los mataron por todo el distrito montañoso de Qomaguaqa, en la Tierra Majáiq.

Y todos los Hijos de Qom, abrazaron a Dabí-Lodegaxát y lo felicitaron. Y se llenó de alegría el país Chaco. Y festejaron los qompí en Campo-Redondo, en Matogroso, en el bosque de Majáiq, en el bosque de Güelgoritá, en el Iñaté-Talá, en el Icalé, en Gualambo, en el bosque de Turugám, en el Paraná y en la zona de Ichimayé.
Y Dabí-Lodegaxát se casó con la hija del Qaiquín Yuibaqlepaquín. Y cuando murió éste, Dabí-Lodegaxát fue rey de Chaco. Y con la calota del cráneo de Goliá-Loxodailéq  mandó fabricar un vaso. Y en ese vaso, bebía el vino de algarroba, el rey Dabí-Lodegaxát.

Y Dabí-Lodegaxát peleó guerras contra todas las naciones, porque todas las naciones ambicionaban la Tierra chaqueña. Y venció a los del Sapa, y al rey de los iajitas, y al rey de Olón, y al rey de los amambaítas. Y a los reyes de todas las naciones, puso Qad'ta'á en manos de Dabí-Lodegaxát. Y hubo paz en la Tierra chaqueña, y el Nogüét Salyaxanéq (El Dueño de la Guerra) era su consejero.

Y Dabí-Lodegaxát fue cantor, y toda su vida compuso canciones a Qad'ta'á. Y las canciones que Dabí-Lodegaxát compuso a Qad'ta'á, ¿no están recopiladas en los cinco libros de los Salmos Qompí?

sábado, 5 de febrero de 2011

MUJERES, ESPAÑOLES, NEGROS Y GUARANÍES FUERON REYES DE LOS ABIPONES (Y ÉSTOS ERAN DE LOS HIJOS DE QOM)


 Del Tomo 2 de Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño, de Flavio Dalostto

Nelareyeaté, reina de los abipón.
Y en ese tiempo, había una reina de los abipón, que se llamaba Nelareyeaté. Y fue una reina muy famosa de los abipón, y era la conductora de la gente. Y su consideración era más alta que la de un varón.

Los abipón de raza española, africana y guaraní.

Y en aquellos tiempos, hubo españoles que se criaron entre los abipón. Y esos españoles siempre fueron enemigos de Español. Y fueron generales de la Nación Abipón. Fueron verdaderos qompí.

Y los nombres de aquellos qom de raza española, fueron a saber: Almarás, Casco y Juanito.
Y en aquellos tiempos, hubo negros que se criaron entre los abipón. Y esos negros siempre fueron contrincantes de los españoles. Y fueron generales de la nación abipón. Fueron verdaderos qompí. Y el más famoso de aquellos negros, era Negro-Correntino.
Y en aquellos tiempos, hubo guaraní que se criaron entre los abipón. Y esos guaraní siempre fueron destructores de los españoles. Y fueron generales de la Nación Abipón. Fueron verdaderos qompí. Y el más famoso de aquellos qompí de raza guaraní, era Juan-José-Itatinguá.

jueves, 3 de febrero de 2011

LA RAMA DE TAUAQUÍN ( del Tomo 1 de Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño )


de Flavio Dalostto

La rama de Tauaquín florece

Mosé juntó un montón de ramas secas de Mistol que cayeron del Cielo, y llamó a todos los jefes de las tribus y de las tropas, y les dijo: -Elegid varones justos de cada una de las naciones del Pueblo de Dios, y traedlos delante de mí y de la Olla de la Voz de Dios. Un varón por cada tribu y por cada tropa.
Y eligieron las tribus y las tropas, varones justos, uno por cada fracción del Pueblo de Dios, y los enviaron delante de Mosé. Y Mosé les dijo: -Tomad cada uno de vosotros una rama seca de Mistol, y escribid sobre ella el nombre de vuestra tribu, el nombre de vuestra tropa, en la madera seca del Mistol. Tauaquín tomará también una rama seca de Mistol, a nombre de la Tribu Toba.
Y todos aquellos varones justos escogidos, uno por cada tribu y uno por cada tropa, tomaron cada uno su rama seca de Mistol, y escribieron el nombre de su tribu y de su tropa. Y cuando todos terminaron de escribir sus nombres en la madera seca, les dijo Mosé, abriendo la Olla de la Voz de Dios: -Colocad vuestras ramas dentro de esta Olla que Qad’ta’á nos dio, y mañana se verá a quien elige Qad’ta’á para Ayudante de Gobernador, y sea mi apoyo delante del Pueblo.
Entonces, todos aquellos varones pusieron sus ramas secas de Mistol, escritas con el nombre de su tribu y de su tropa, dentro de la Olla de Dios. Y después de esto, Mosé tapó la Olla, y les dijo a aquellos varones: -Orad al Nogüét, para que nos nombre un Ayudante de Gobernador.
Y así hicieron. Y no durmieron en toda la noche, porque se quedaron cuidando la Olla de Dios. Y a la mañana siguiente, cuando Mosé abrió la Olla de Dios, sacó todas las ramas de Mistol, y las repartió, a cada uno según su tribu. Y todas las ramas estaban secas, iguales, unas de otras; pero la rama de Tauaquín había brotado, fabricando hojas verdes, florecido y fructificado.
Y todos aquellos varones dijeron: -Dios ha hablado, y ha elegido a Tauaquín por ayudante de gobernador.
Y quedó Tauaquín por Ayudante de Gobernador, delante del Pueblo. Y la gente se quedó tranquila.
Y Mosé tomó la rama de Mistol florecida de Tauaquín, y la plantó en el suelo. Y he aquí que creció mucho la rama hasta transformarse en un árbol de Mistol, que creció en Tierra salina, hasta el día de hoy, por una maravilla".

martes, 1 de febrero de 2011

LOS PRINCIPADOS INDIOS DE CÓRDOBA (Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño / Tomo 2)

de Flavio Dalostto

Ha Los príncipes de la provincia de Ansenusa (y es gente Salabino).

Y estos son los príncipes del reino de Ansenusa (la gente salabino), a saber (y ya había gente qompí entre ellos):
El príncipe Qalabini, que mandaba sobre las ciudades del distrito de Ischilín, y sobre el príncipe Jiracha, desde el Mar Ansenusa como yendo hacia su Este.
El príncipe Chataqán, que mandaba en el distrito de Qa-Lap-Lumí, desde el Mar Ansenusa como yendo hacia entre su Norte y su Oeste.
El príncipe Quelochuqsa, que mandaba sobre la ciudad de Qamí-Ntá, en la orilla del Mar Ansenusa.
El príncipe Suco, que mandaba sobre la ciudad Labapi, en el País Ansenusa.
El príncipe Sitón-Am-Aráq, que mandaba sobre la ciudad Labá, en el País Ansenusa.
El príncipe Qabachín, que mandó en la ciudad de Lumi, en el País Ansenusa. Y de aquí, ¿No salió la familia de los Quebachín, toda gente mocobí del linaje de los sanjabieritas y toda gente abipón, del linaje de los naqaiqueterjé?
El príncipe Lumíq-Labá, con su ciudad, en el País Ansenusa.
El príncipe Nalquis, con su ciudad, en el País Ansenusa.
Y eran inumerables, la cantidad de los príncipes en que estaba fraccionada la Tierra de Ansenusa; y esto, los perdió contra el español, la gente invasora. Y cuando vino la guerra, murieron por montones.

Y en el medio del Mar de Ansenusa, está la Ciudad de Cristal, la ciudad de los dioses, desde el tiempo en que todo era del Mar-Pantano. Y el Mar Ansenusa es un resto que quedó, cuando Qad’ta’á sopló el Mar, y apareció la Tierra chaqueña, Tierra sin memoria ni hueso roto por la guerra. Y al Mar Ansenusa, también se lo llamó “Los-Patos”; porque allí vivía una Nación que era mitad pato y mitad humano.

Los príncipes de las Montañas Qom-Aiem-Qom (y es gente Salabino y es gente  Qomechinqóm).

Esta es la lista de los príncipes de la Montaña de Qom-Aiem-Qom (la gente Qomechinqóm). Y había gente qompí, entre ellos, a saber:
El príncipe Achala, que mandó sobre el príncipe Milamatqanán y sobre el príncipe Qobinín, y su dominio fueron muchas ciudades. El príncipe Alea, que mandó sobre el príncipe Toqana y sobre el príncipe Sele y sobre el príncipe Ibót, y su dominio fue sobre muchas ciudades, en el distrito del río Pichana y en el distrito de Ischilín. El príncipe Ambói, con su ciudad. El príncipe Ambolí, y su dominio fue sobre muchas ciudades, en los distritos de Ambolí y en el distrito de Chila. El príncipe Aní, que mandaba sobre el príncipe Oxil, y su dominio fue sobre muchas ciudades en la Montaña y en el distrito de Quilino y de Sqobá. El príncipe As-Qóm, con su ciudad. El príncipe Tulián, que mandaba sobre muchas ciudades, en el distrito de A-Yám. El príncipe Qacha, que mandaba sobre el príncipe Talami-Chiqán y sobre el príncipe Jansanajuibaná. Y en Qalaguanumba está la Puerta que Fue, y ya no es. El príncipe Qom-Eché, que mandaba sobre todo el País de Qalamuchít; y era de los que comerciaron con los Hijos de Qom y con los Hijos de Patagón, que moraban en los distritos del río Paraná. El príncipe Qala, que mandaba sobre muchas ciudades y sobre el príncipe Qom-cho. El príncipe Yaqaba, que mandaba sobre muchas ciudades por todo el distrito de Qamí-Qos-Quín. El príncipe Naqluyáq, que mandaba sobre las ciudades de los Qamí-Neguá. El príncipe Guampi, que mandaba sobre muchas ciudades en el distrito de Qamí-Niaxá. El príncipe Am-Pús, con su ciudad, en la orilla del río Popopí. El príncipe Qrío, que mandaba sobre el príncipe Qanchi y sobre el príncipe Choqán, desde el río Choqán como yendo hacia su Oeste. El príncipe Piquina, que mandaba sobre la ciudad de Qanchi-Sará.

El príncipe Qanta-Qará, y su ciudad. El príncipe Qanta-Maná, que mandaba sobre la ciudad Qanta-maná-Qom. El príncipe Qanta, que mandó sobre las ciudades de los qantapi. El príncipe Qapá-Qom, con su ciudad, en la orilla del río Popopí. El príncipe Qas, con su ciudad. El príncipe Qabí, con su ciudad. El príncipe Qaiá, con su ciudad. El príncipe Sitón, que mandaba sobre muchas ciudades y sobre el príncipe Naq-Chuqtabí. El príncipe Qoqoyanta, con todas sus ciudades. El príncipe Qochán, con su ciudad. El príncipe Qolimbá, con todas sus ciudades, en el distrito de Ischilín. El príncipe Qolo, con su ciudad. El príncipe Salqasaqán, con todas las ciudades del País de Qom-Qom-Qaiá. El príncipe del Balle-Qom-Qar-Am. Los príncipes del País de Qom-Chuluqa, desde la Montaña, como yendo hacia el Togüe-Aloá (los países salinos). El príncipe Yacalda, que mandaba sobre el distrito Qoro-Qoro, el país pantanoso. El príncipe Oya, que mandaba sobre los distritos de Qun-Sun. El príncipe Caiá, que mandó sobre la ciudad de Chabí, en la orilla del río Suquí. El príncipe Chaga, con su ciudad. El príncipe Chaján, con su ciudad. El príncipe Moro-Otalaín, que mandó sobre el distrito de Chalanta, en la orilla del río Popopí. El príncipe Chama, con su ciudad, en la orilla del río Suquí. El príncipe Chancani, con su ciudad en la montaña. El príncipe Chasón, con su ciudad. El príncipe Pocoba-Uibán, que mandaba sobre la ciudad de Chilo. El príncipe Chilijna, con su ciudad, en la orilla del río Suquí, en el distrito de Quisqui. El príncipe Timicho, que mandaba sobre la ciudad Chimuli. El príncipe Chin, con su ciudad. El príncipe Chi, con su ciudad. El príncipe Choloca-Chequilana, que mandaba sobre las ciudades de Chiquina. El príncipe Chuqpa, con su ciudad. El príncipe Chuqul, con su ciudad. El príncipe Itis-Nono, que mandaba sobre la ciudad de Chu-Lumi. El príncipe Scoba, que mandaba sobre sus ciudades. El príncipe Qapa-Binilto, que mandaba sobre la ciudad de Guacachín, en el distrito de Qamí-Niaxá. El príncipe Gua, con su ciudad. El príncipe Animí, que mandaba sobre la ciudad Gualmira, en el distrito de Qamí-Niaxá. El príncipe Guamacha, con su ciudad. El príncipe Guanu, con su ciudad. El príncipe Tinti, que mandaba sobre la ciudad Guaslaco, en la orilla del río Popopi. El príncipe Guaya, con su ciudad. El príncipe Tonguenecho, que mandaba sobre la ciudad Jatán. El príncipe Am-Chan, que mandaba sobre la ciudad Bichinchín. El príncipe Juile, que mandaba desde el río Qalamochit, como yendo hacia su Sur. El príncipe Qantapuca, que mandaba sobre la ciudad Juiljan. El príncipe Taqán-Chuqtabi. El príncipe Julumán, con su ciudad. El príncipe Chaián, que mandaba sobre la ciudad Inchín. El príncipe Milión, que mandaba sobre la ciudad Lacsa (y se dijo ciudad Nono). El príncipe Qanta-Jaló, que mandaba sobre la ciudad Nomo-Teches. El príncipe Larco, que mandaba sobre la ciudad de Nuno. Y el príncipe Chapo y el príncipe Itis y el príncipe Cos y el príncipe Aláq y el príncipe Noc y el príncipe Oto, y todos con sus ciudades, en las montañas. Y el príncipe Nun, con su ciudad. Y el príncipe Quibine, que mandaba sobre la ciudad Nuño. El príncipe Localino, con su ciudad. El príncipe Quinsi, que mandaba sobre la ciudad Luyaba. El príncipe Macala, con su ciudad. El príncipe Macha, con su ciudad. El príncipe Anguisa, que mandaba sobre las ciudades del distrito Mala-Mala. El príncipe Malján, con todas sus ciudades, al Sur del País Qalamuchita y del otro lado de la Montaña. El príncipe Chogopón y  el príncipe Talamo, que mandaban sobre las ciudades del distrito de Manampa, en la orilla del río Pichana. El príncipe Masa, con su ciudad. El príncipe Mascolta, con su ciudad. El príncipe Maya, con su ciudad. El príncipe Ti, que mandaba sobre la ciudad Nilangá. El príncipe Ministalalo, con su ciudad. El príncipe Min-Saba, con su ciudad, en la orilla del río Suquí. El príncipe Misqán, con su ciudad. El príncipe Toniche, que mandaba sobre las ciudades del distrito de Niqlis-Taca y en el Balle-Nilqa. El príncipe Yanqanta y el príncipe Yumba, que mandaban sobre las ciudades del distrito de Nondo-Lma’.

Y eran inumerables, la cantidad de los príncipes en que estaban fraccionadas las Montañas de Qom-Aiem-Qom; y esto, los perdió contra el Español, la gente invasora. Y cuando vino la guerra, murieron por montones los Hijos de la Montaña y los Hijos de Salabino.

El distrito del río de los chaná (y son gente qom-aiem-qom).

Y en aquel tiempo, moraban los Hijos de Chaná que fue Hijo de Querandí, en la orilla del río que nace en la Montaña de Qom-Aiem-Qom, y lleva su agua al Mar de Ansenusa. Y ésta se llamó “Los-Patos”, por todo el río que los españoles llamaron “El-Segundo”.
Y los Hijos de Chaná tomaron por matrimonio a las Hijas de Qom-Aiem-Qom, y les nacieron hijos e hijas, y poblaron la Tierra, estirándose hasta el Mar Oriental.
Y de esta manera, Chaná y Qom-Aiem-Qom, fueron Uno, como fue en Majáiq.
Y esta es la lista de los príncipes, que dominaron el río de los chaná, a saber:
El príncipe Iquín, que mandaba sobre la ciudad de Aminta, donde se junta el río Ani y el río de los chaná. El príncipe Animi y su ciudad. El príncipe Guambetalaló, que mandaba sobre la ciudad de Anipur y la ciudad de Aubán. El príncipe Qanta-Malá, y su ciudad. El príncipe Qosta, con su ciudad. El príncipe Ibra, que mandaba sobre muchas ciudades, en la orilla del río y en los distritos Norteños. El príncipe Nagua, que mandaba sobre muchas ciudades. El príncipe Nauchi, con su ciudad. Ocho príncipes sobre el río de los chaná.

Y eran innumerables, la cantidad de los príncipes de Qom-Aiem-Qom en que estaba fraccionada la orilla del río de los chaná; y esto, los perdió contra el español, la gente invasora. Y cuando vino la guerra, murieron por montones.

Los Qalchín son vecinos de los qom-aiem-qom.

Y en ese tiempo, había de los Hijos de Qalchín que fue Hijo de Charrúa, en la orilla del río de los chaná, que el Español llamó “El-Segundo”, al Este de la Montaña Qom-Aiem-Qom. Y anduvieron junto a los Hijos de Chaná, y se mezclaron con la gente montañesa. Pero el Qalchín tenía su distrito al norte de la Laguna de Set-Obal, contra el río Paraná.

Los Ansenusa y los Qom-Aiem-Qom (y se dijo Qomechinqóm), ya son patagonpí.

Los del Mar Ansenusa y los de la Montaña Qom-Aiem-Qom, son, ciertamente, de los Hijos de Patagón, por el establecimiento de los matrimonios, en el Tiempo Antiguo.
El príncipe Ones, con su ciudad; el príncipe Oniquis, con su ciudad; el príncipe Ospis, con su ciudad; el príncipe Panajolba, con su ciudad; el príncipe Pan, con su ciudad; el príncipe Parabascha, con su ciudad; el príncipe Pat-Un, con su ciudad; el príncipe Pocho, con su ciudad; el príncipe Popopis, con su ciudad; el príncipe Pugul, con su ciudad; el príncipe Pusa, con su ciudad; el príncipe Quem-Un, con su ciudad; el príncipe Quelos, con su ciudad; el príncipe Quichulpa, con su ciudad; el príncipe Quilino, con su ciudad; el príncipe Quilis, con su ciudad; el príncipe Quillo, con su ciudad; el príncipe Quilo-Qan, con su ciudad; el príncipe Quilol, con su ciudad; el príncipe Labá-Lin, con su ciudad; el príncipe Quimi, con su ciudad; el príncipe Quisqui, con su ciudad; el príncipe Riqué, con su ciudad; el príncipe Sa-Qán, con su ciudad; el príncipe Salaya, con su ciudad; el príncipe Sald, con su ciudad; el príncipe Sal, con su ciudad; el príncipe Sam-Pacho, con su ciudad; el príncipe San-Qalá, con su ciudad; el príncipe San, con su ciudad; el príncipe Siqui, con su ciudad; el príncipe Soqo, con su ciudad; el príncipe Solo, con su ciudad; el príncipe Soto, con su ciudad; el príncipe Soya, con su ciudad; el príncipe Susu, con su ciudad; el príncipe Suquí, con su ciudad; el príncipe Talá, con su ciudad; el príncipe Talus, con su ciudad; el príncipe Tan-Qacha, con su ciudad; el príncipe Tarica, con su ciudad; el príncipe Tegua, con su ciudad; el príncipe Ticas, con su ciudad; el príncipe Tila, con su ciudad; el príncipe Til-Quicho, con su ciudad; el príncipe Tim-Bilas, con su ciudad; el príncipe Tin-Quimás, con su ciudad; el príncipe Tin-Tin-Talaló, con su ciudad; el príncipe Tiqui, con su ciudad; el príncipe Toa, con su ciudad; el príncipe Toli, con su ciudad; el príncipe Tolti, con su ciudad; el príncipe Ton-Chara, con su ciudad; el príncipe Toqui-Inca, con su ciudad; el príncipe To-Rolta, con su ciudad; el príncipe Tuli, con su ciudad; el príncipe Tulu-Güichí, con su ciudad; el príncipe Tulu-Mbá, con su ciudad; el príncipe Tul-Un-Auleta, con su ciudad; el príncipe Um-Ara, con su ciudad; el príncipe Un-Qa, con su ciudad; el príncipe de los ustu, con sus ciudades; el príncipe Bi-Arapá, con su ciudad; el príncipe de los yaq-am, con sus ciudades; el príncipe de Yaq, con su ciudad; el príncipe Ya-Lgá, con su ciudad; el príncipe Ya-Sarái, con su ciudad; y son de los qomechimqom y de los ansenusitas, emparentados con Patagón y con Qom, en el Tiempo Antiguo.

Y eran gente muy fraccionada, en multitud de reinos y principados. Y esto los perdió contra el Español en la guerra que vino.

Morada de la Nación Caayé.

Y la nación Caayé, mora en Campo-Redondo, en la parte en que el río Confuso desagua en el río Paraguái. Y son, ciertamente, constructores de cuevas, y hacen sus casas enterradas, parcialmente, en la Tierra, y son gente tranquila.

¿Y no son los caayé, un resto de la Gente Qomechingón, que fueron moradores de la Montaña de Córdoba, y que huyeron de la guerra del español hasta más allá del río Pilcomayo, como yendo hacia su Norte, hasta la Tierra de Campo-Redondo?